Las células de nuestro cuerpo tienen unas membranas formadas por proteínas y grasas. El alcohol se disuelve en grasa, por lo que puede atravesar con facilidad las membranas celulares y penetrar en cualquier tipo de célula. Si tienes el estómago vacío penetrará aún con más rapidez en ellas porque atravesará fácilmente el estómago hasta el torrente sanguíneo y de ahí al cerebro y otros órganos del cuerpo.
Al principio, el alcohol produce una ligera estimulación y cierta sensación de euforia, alivia la tensión y produce cierta desinhibición. Este efecto ocurre solamente con niveles bajos de alcohol. Si sigues bebiendo, empiezan a aparecer sus efectos depresores. Afecta el centro de equilibrio del cerebro, por lo que tienes problemas de coordinación. También se ve afectado el lóbulo frontal, que está encargado del juicio social. Por este motivo, puede que hagas cosas que luego te avergüenzan o digas cosas inapropiadas. Puede que te sientas irritable y te provoquen con facilidad. Tienes problemas de coordinación motora y tu capacidad para hacer tareas complejas, como conducir, se pierde. También pierdes la capacidad para juzgar si eres o no capaz de conducir. El habla también se ve afectada, apareciendo ese modo de hablar característico de "lengua de trapo".
Si los niveles de alcohol siguen aumentando, puedes entrar en estado de estupor y perder la conciencia. Durante esta pérdida de conciencia los patrones de sueño se ven alterados. Se produce un riesgo de coma inducido por el alcohol, con depresión de las funciones vitales, como la respiración, lo cual puede llegar a producir la muerte.
El alcohol tiene un efecto tóxico en muchos órganos del cuerpo.
Hígado. Al metabolizarse en el hígado, éste se inflama y aparecen depósitos grasos en sus células, de manera que el funcionamiento del hígado se ve seriamente alterado. Con el tiempo puede producirse cirrosis hepática.
Médula ósea. La médula ósea se ve también afectada, formando glóbulos rojos menos maduros. El alcohol daña también el sistema inmunitario, por lo que los alcohólicos tienen una mayor predisposición a las infecciones.
Cerebro. En el cerebro el alcohol afecta al centro de la memoria y al cerebelo (que controla el equilibrio y los movimientos corporales), pudiendo llegar a ser destruido. Algunos alcohólicos tienen alucinaciones auditivas (escuchan voces generalmente desagradables y burlonas). El alcohol causa daño a todas las células nerviosas, pudiendo producir demencia o pérdida del funcionamiento intelectual.
Músculos. También daña el tejido muscular, incluyendo el músculo cardiaco, produciéndose una cardiomiopatía alcohólica.
Aparato digestivo. Se ve afectado el estómago y aparato digestivo, pudiendo ocasionar gastritis aguda, con sangrado, vómitos, diarrea y anemia.
Páncreas. Cuando se inflama a causa del alcohol, se liberan sus enzimas digestivas y empieza a destruirse a sí mismo, causando un intenso dolor. El páncreas se encarga también de producir insulina, de modo que la producción de esta hormona se verá también afectada, pudiendo producirse diabetes.
0 comentarios:
Publicar un comentario