Científicos estadounidenses diseñan un dispositivo que permite pensar de manera más eficaz
Los seguidores de la saga protagonizada por Harry Potter seguro que recordarán el importante papel que jugaba el Sombrero Seleccionador en el desarrollo de la historia. Este viejo gorro se encargaba de decidir a cuál de las casas de Hogwarts debía ser adscrito cada aspirante a mago después de leer su pensamiento.
El inmenso poder de este objeto mágico procedía de su capacidad para conocer los secretos de la mente de aquel que se lo pusiera y ayudarlo a descubrir sus verdaderos pensamientos. Aunque esta capacidad parece propia de un mundo de fantasía, como el surgido de la mente de la escritora británica J.K. Rowling, lo cierto es que un grupo de investigadores estadounidenses aseguran haber creado un gorro que, al igual que el Sombrero Seleccionador, ayuda a pensar a quien lo lleva puesto.
el dispositivo desarrollado por un grupo de psicólogos de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, ayuda a resolver los problemas más rápidamente y a memorizar mejor, debido a que genera una serie de corrientes eléctricas suaves que estimulan la corteza medio frontal del cerebro.
El resultado de esa manipulación cerebral es, según los investigadores, que se logra pensar de una forma más eficaz. Para llegar a esa conclusión, el equipo liderado por Robert Reinhart y Geoffrey Woodman partió de estudios anteriores que habían revelado que la corteza medio frontal, la parte del cerebro responsable del reconocimiento de errores, emite un voltaje negativo cada vez que se comete un error.
A partir de ahí, su trabajo, cuyos resultados publica la revista «The Journal of Neuroscience», se centró en tratar de controlar ese sistema «de crítica interna» del cerebro. Para ello, idearon una especie de gorro dotado con varios electrodos que emitían corrientes eléctricas. Después de una sesión de veinte minutos, los voluntarios tenían que realizar una serie de complicados ejercicios diseñados para que fuera muy sencillo cometer un error.
La conclusión de los científicos fue que los participantes cometían muchos menos errores tras someterse a la estimulación eléctrica. Además, su capacidad para aprender de ellos aumentaba de forma significativa. Los investigadores aseguran que los efectos de una estimulación de veinte minutos se prolongan durante aproximadamente cinco horas.
Las aplicaciones prácticas de este peculiar gorro aún no están del todo claras, pero sus creadores aseguran que el dispositivo podría ayudar alograr avances en el tratamiento de enfermedades como la esquizofrenia o el TDAH. De confirmarse estos resultados estaríamos ante un nuevo caso que demuestra que, en muchas ocasiones, la realidad supera a la fantasía.
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