Es una patología de carácter psicológico, y como tal, puede precisar de ayuda especializada.
La Onicofagia es el hábito de "comerse las uñas" que puede llegar a manía nerviosa si no puede controlarse.
La persona que padece onicofagia puede llegar al extremo de retirar su uña hasta dejar la piel al descubierto. Esta conducta se puede manifestar en las uñas de todos los dedos.
Morderse las uñas puede resultar en el transporte de gérmenes que se ocultan bajo las uñas a la boca o viceversa, llevando a la hinchazón del dedo y en casos extremos, también da una mala imagen a las personas, debido a que las manos con las uñas comidas, son de muy mala presentación, pudiendo dar lugar a pus.
El mordedor compulsivo de uñas puede estar tentado a comer no sólo esta sino también la cutícula y lapiel de alrededor, provocándose heridas por donde puede sufrir infecciones oportunistas micróbicas y virales. A veces la uña puede llegar a un punto en el que no crece más, quedándose pequeña, y el dedo se ensanchará.
Dañarse la piel o uñas puede llevar a la ansiedad por la apariencia de las manos, produciéndose así uncírculo vicioso (realimentación o feedback) que perpetúa la conducta.
El hábito crónico de morderse las uñas es perjudicial a largo plazo para la sustancia adamantina frontal de los dientes, aumentando la caries en las zonas afectadas.
Además puede modificar la arcada de acuerdo a la función que realizan los dientes al protruir la mandíbula, generando una "mordida borde a borde"
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