En el verano se incrementa el consumo de gaseosas heladas para calmar la sed, pero ¿en realidad logra refrescar y acabar con nuestra sed? Entérate aquí.
Ahora que estamos viviendo un verano de altas temperaturas mucho se cuidan la vista y la piel, pero muchos desconocen que pueden sufrir de deshidratación, pensando que alconsumir bebidas gaseosas o jugos envasados es lo mejor, lo cual solo afecta su organismoocasionándoles complicaciones, alertó la nutricionista Daniela Martinelli del Portal “Salud en Casa”.
“Por medio de la sudoración se pierden agua y electrolitos, y en verano la perdida de estos es mayor. Para evitar la deshidratación en el verano es importante hidratarnos adecuadamente, consumiendo más agua, frutas, verduras y refrescos o jugos a base de frutas, tomando en cuenta la higiene y el uso de agua hervida para evitar problemas de salud como diarreas y vómitos”, precisó.
Según la especialistas muchos erróneamente consumen gaseosas, pensando que con eso les calmará la sed, grave error, porque estas bebidas aparte de darnos calorías vacías por el exceso de azúcar, conlleva al sobrepeso, contienen sustancias dañinas para nuestro cuerpo como el benzoato de sodio que incrementa el sodio de la dieta y disminuye la absorción del potasio en el cuerpo lo cual no permite un buen recambio hídrico en el cuerpo.
“Asimismo estos productos poseen contiene cafeína que actúa como diurético y por tanto mayor pérdida hídrica; también cuentan con altos niveles de ácido fosfórico que puede ocasionar descalcificación y cálculos renales y por el exceso de azúcar, su consumo continuo aumenta la probabilidad de desarrollar diabetes y dislipidemias. Igualmente las bebidas rehidratantes se crearon para deportistas, las personas que no realizan ejercicios intensos, no verían tomarlo ya que podrían dañar sus riñones con el tiempo”, informó.
Personas más afectadas por deshidratación
De acuerdo a Daniela Martinelli, las personas que presentan mayor deshidratación son aquellas que padecen de diarreas, vómitos y sudoración excesiva, por sus pérdidas hidroelectrolíticas aumentadas. Así también, los niños, las madres lactantes y los adultos mayores son más propensos. “Los niños son muy activos y sus cuerpos están compuestos en un 80% de agua (el adulto tiene 60-65% de agua corporal), es por eso que los niños requieren un mayor recambio hídrico. Las madres lactantes requieren mayor cantidad de líquidos para producir leche materna”.
“Y los adultos mayores pierden el sensación de la sed y por tanto no toman suficiente líquido y tienden a la deshidratación. Por otro lado, las personas con obesidad tienen menor reserva de agua que las personas delgadas, ya que sus cuerpos están constituidos mayormente de grasa y por tanto también tienen que tener más cuidado en su hidratación”.
“Es necesario beber 2.5 litros de agua, consumir tres frutas y dos tazas de verduras al día, y si tenemos una actividad intensa como por ejemplo hacer ejercicios de resistencia o el trabajo en construcción, puede tomar 0.5lt de agua por cada hora de actividad”, agregó.
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