La actriz de 24 años quiere dejar de un lado la imagen que se ganó con filmes como Crepúsculo y quiero crecer como actriz de la mano del cine europeo y el cine independiente.
Kristen Stewart ya no quiere ser la bella de la película. Al menos eso insinuó durante el Festival de Cine de Nueva York. La estrella quiere empezar a ser reconocida por proyectos independientes y más profundos que los personajes frívolos y de gran factura a los que tiente tan acostumbrados a sus fans y que le dieron una fortuna cercana a los 25 millones de dólares y la han colocado en el ranking de las actrices mejor pagadas, con 12 millones de dólares por filme.
Con todo eso, está optando por películas de bajo presupuesto como Clouds of Sils Maria (Las nubes de María), del director Olivier Assayas, realizada en Europa con un costo de 6 millones de dólares y que, de acuerdo con el sitio Box Office Mojo, aún no recupera su inversión y no ha llegado a los cines de Estados Unidos, pero le implicó un trabajo distinto e intenso.
“Yo quería interpretar algo que me permitiera observar más y no mostrarlo todo —explicó—, y es algo que sólo puedes encontrar en un cine con la perspectiva de un director europeo”.
De hecho, dice que ha rechazado personajes que no le permiten dar el giro que desea.
“En un inicio recibí la propuesta para hacer otro personaje, pero sabía que no estaba interesada en eso. Había algo en el papel que me parecía demasiado familiar y que era complicado ver con más dimensiones de las que te muestra lo que hace el personaje, su perspectiva es muy reducida”, contó la actriz a la que persigue la prensa rosa de la que tanto quiere alejarse.
Para el próximo año, la actriz espera el estreno de Still Alice, al lado de Julianne Moore y American Ultra, del director inglés Nima Nourizadeh, que también promete alejarse de los cánones hollywoodenses.
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