Como cuidar codos y rodillas

Con frecuencia nos gusta vestirnos con faldas cortas, shorts y camisas sin mangas. Pero, ¡Horror! Codos y rodillas quedan al descubierto mostrándose como unas antiestéticas áreas oscuras y resecas. ¿Qué culpa tienen las pobres de ser tan feas?, ninguna. La culpa es de una que no les presta la debida atención.

Seamos sinceras. Con la excusa de que son las partes del cuerpo que no mostramos con frecuencia, porque vestimos pantalón y camisas mangas largas, y de que no reciben piropos – nadie te dice: ¡qué guapas son tus rodillas, o qué lindos son tus codos! – creemos que no necesitan de los mismos cuidados que le damos a las manos, a los pies y al cutis, y las encasillamos como las cenicientas del cuerpo.

Pero nada que ver. Más allá de ser zonas vitales para la movilidad corporal también son parte de la hermosa silueta femenina.

Pero ¿por qué son oscuras, resecas y arrugadas? Sigue leyendo y te explico, pues la piel que las cubre tiene características especiales.

Tanto en codos como en rodillas hay mayor presencia de melanocitos, las células que producen melanina, sustancia que pigmenta y protege a la piel del sol. Por eso son oscuras, por ese cúmulo de melanina, y en personas de raza negra son más ensombrecidas.

Tienen escasas glándulas sebáceas, distribuidas de forma irregular, por lo que suelen ser zonas tan poco lubricadas que tienden a estar resecas y ásperas con regularidad.

Tienen más fibras elásticas, indispensables para los movimientos de extensión y tensión que ejerce cada una. Si a estos se suma el roce con la ropa y que ambas son zonas de apoyo, la piel será más gruesa, más fuerte, pero no menos sensible. Basta que se te enquiste un vello – que nosotras tenemos pocos – y el dolor es tan grande como el de San Quintín.

Los pliegues que se forman, debido a esos movimientos, no son arrugas, pero con la edad surge la flacidez y la piel va desplazándose y perdiendo firmeza; por eso es que se ¡arrugan! En las rodillas también aparece la flacidez, así como la terrible celulitis, retención de líquidos y aumento de volumen por acumulación de grasa.

Y en su parte externa no poseen glándulas sudoríparas, por eso, a ninguna persona le sudan los codos y rodillas.

Como podrás darte cuenta, son zonas vulnerables. Si a esto se suma la falta de cuidados, obviamente, correrán con la mala suerte de ser las partes del cuerpo menos atractivas. Por eso debes esmerarte en las mismas para mantenerlas en buen estado.

Cómo cuidar codos y rodillas

Los cuidados básicos para que los codos y las rodillas estén libres de rugosidades y manchas oscuras son la exfoliación e hidratación.

Como mínimo, debes exfoliar una vez a la semana, para retirar todas esas impurezas y células muertas que se acumulan en ambas zonas las cuales, debido a los pliegues, se les dificulta desprenderse por sí solas. Esto evitará que los escasos vellos se atrofien en los poros creando puntos negros, que, como expliqué antes, cuando se forman suelen ser muy dolorosos, además de espantosos. Al exfoliar, humedece la piel con agua tibia y con una esponja vegetal realizas un suave masaje circular. Así mantendrás la zona fina, pulida, ¡bella!

La hidratación en cambio debe ser a diario, y, si es posible, todas las veces que la desees. Si aplicas una dosis generosa de una buena crema corporal, la piel de tus codos y tus rodillas se mantendrá más humectada y, por ende, más elástica, más suave, más tersa, más lisa… ¡más joven! Grábate eso.

Igual ayuda que una vez al mes, acudas a un buen centro de estética para un tratamiento de peeling o mascarillas nutritivas, a base de cacao u otro ingrediente, que las aclare y las suavice en profundidad.

Y cuando vayas a exponerte al sol, cúbrelas con suficiente protector solar. ¡Vamos, chicas! no descuiden sus codos y rodillas.

TIPS

• Si tienes la piel muy rugosa y reseca, haz una mezcla de aceite de almendras y germen de trigo y aplícala como mascarilla, te aportará mayor hidratación.

• Si tienes la piel muy oscura, corta medio limón y pásalo sobre ambas zonas, eso ayudará a aclararlas.

• Evita apoyarlos sobre superficies duras. En caso que necesites posarlos, por mucho tiempo, coloca debajo una almohadilla.